Hace un año, el jardinero dominicano Melky Cabrera se preocupaba por saber si viviría o no, luego de que le detectaran un tumor en la espalda.
Por suerte para el nativo de Haina, se trató de un tumor benigno que le fue extirpado aunque su temporada terminó con apenas 88 partidos.
Con una producción de .279, tres jonrones y 30 remolcadas, muchos cuestionaron si el gerente general de los Azulejos, Alex Anthoupolus se había equivocado al firmar por dos temporadas a un pelotero que en el 2012 fue suspendido por 50 partidos por violar la política antidopaje de las Grandes Ligas.
Pero viendo al Melky que está jugando esta temporada, Anthoupolus puede respirar tranquilo y justificar hasta el último centavo que se le ha pagado al guardabosques.
Cabrera es una pieza clave de los Dominican Jays, jugando 61 partidos de los 63 de Toronto.
Cabrera batea para .308, con 10 jonrones y 33 remolcadas en su último año de contrato.
El dominicano proyecta terminar con los mejores números de su carrera en prácticamente todas las categorías ofensivas.
Tiene un ritmo de 26 cuadrangulares, total que nunca ha alcanzado en su paso por las mayores y las 85 impulsadas que proyecta solo ha sido conquistada por Cabrera en el 2011, cuando impulsó 87 con los Reales de Kansas City.
También apunta a pegar 208 hits este año, lo que quebraría su total de 201, también en el 2011.
Con los Azulejos en primer lugar de la División Este de la Liga Americana y jugando como un importante productor, Cabrera apunta un invierno interesante una vez que finalice la campaña.
Sus números hablan por él y eso, probablemente, lo lleve a cosechar en grande en su próximo contrato como agente libre.
Por Dionisio Soldevila
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