QUITA SUEÑO, HAINA. En Quita Sueño de Haina, un enemigo silente está causando pesadillas, enfermedades y muertes en niños, jóvenes y ancianos que se manifiesta en la contaminación que causa un tipo de combustible denominado “Nafta” en un depósito de tres tanques propiedad de la empresa minera Falconbridge.
Es ya común que mucha gente hable con ronquera, que su piel se esté pudriendo por partes, que sean frecuentes las cefaleas o dolores de cabeza, las alergias, y que cada vez aumenten los casos de cáncer, y los fallecimientos por esa enfermedad, del corazón, los pulmones y otros males.
Desde hace 15 años ocurren esos casos, pero la gente no se percataba hasta que en el 2013, y luego de diversos estudios universitarios, se determinó la causa: la contaminación por “Nafta”, y como expresa Fausto Eduardo Delgado, dirigente del Bloque de Organizaciones Comunitarias de Quita Sueño, desde entonces luchan con la Falconbridge para no seguir “envenenando”.
Tuvo que ver a su padre fallecer. Comenzó con una ronquera, luego los pulmones y finalmente se convirtió en un cáncer. Hoy, un hijo de unos siete años tiene erupciones (nacidos) en casi todo el cuerpo, que el médico lo atribuye a contaminación. “Nosotros veíamos morir la gente frecuentemente, pero no sabíamos qué estaba pasando. Ahí a mi derecha vivía una pareja que murieron los dos, con una diferencia de unos meses”, dijo.
El líder comunitario dijo que tienen informaciones de que ya no se almacena “Nafta”, pero que se hacen trasvases de otros tipos de combustibles que también siguen contaminando.
Ligia Estefany, una joven madre de un niño de tres años, cuenta que con frecuencia tiene
que sacarlo al hospital por crisis asmática.
que sacarlo al hospital por crisis asmática.
“Él no sufría de eso cuando chiquito, desde que esos gases comenzaron a subir, tengo que salir huyendo con él, porque no puede respirar”, manifestó.
Juana Castro es una anciana, y dice que tiene muchos problemas de salud desde que se siente el mal olor. “Yo me siento congestionada, porque cuando botan esos gases, que salen, usted se priva del mal olor. Hace tres años que de buenas a primera me dijeron que tenía el corazón grande, yo nunca había sufrido de la presión”, dijo.
Por Adalberto de la Rosa / Diario Libre
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